Jueza Lee Florimón cuestiona Estado Social y Democrático

Fuente externa.

Santo Domingo, R.D.- Una nota del veterano periodista Luis García, en el digital Contacto Social,  informa de las ¨graves relevaciones¨ hechas este viernes en audiencia por la jueza interina del Segundo Juzgado de Instrucción del Distrito Nacional, Ana Lee Florimón, que,  a juicio del autor, ponen en cuestionamiento el Estado Social y Democrático de Derecho que establece la Constitución de la República Dominicana.

Según un audio filtrado, la referida magistrada señala que todo comenzó cuando fue designada interinamente como juez de control del caso Calamar, en el que se involucra a los exministros de Obras Públicas, Hacienda y Administrativo de la Presidencia, Gonzalo Castillo, Donald Guerrero y José Ramón Peralta, entre otros acusados de cometer supuestos actos de corrupción.

Este viernes estaba fijada la audiencia para la lectura de la sentencia relativa a una solicitud de prórroga de cuatro meses formulada por el Ministerio Público en diciembre pasado.

Verificada la presencia de las partes en el proceso, los representantes del Ministerio Público, encabezados por el titular de la Procuraduría Especializada contra la Corrupción Administrativa (Pepca), Wilson Manuel Camacho Peralta, advirtió a la jueza que no procedía la audiencia en virtud de que la Segunda Sala de la Corte de Apelación del Distrito Nacional había acogido la recusación en su contra y que, por consiguiente, quedada apartada de seguir con el caso.

Dijo que la corte le había notificado a la Pepca que acogió los argumentos planteados por el Ministerio Público al recusar a la jueza Ana Lee Florimón en el proceso de instrucción en la Operación Calamar.

Precisó que el Ministerio Público argumentó en su recusación que la jueza titular de la Segunda Sala del Juzgado de Paz para Asuntos Municipales del Distrito Nacional, en funciones de juez suplente del Segundo Juzgado de la Instrucción actuó con discrecionalidad excesiva, contrario al debido proceso y de forma reprochable y censurable.

A esa posición se sumaron abogados de partes querellantes y los representantes del Estado.

Mientras que la defensa de Gonzalo Castillo, integrada por Laura Acosta, Luis Rivas y Nassef Perdomo, planteó que no existía impedimento para la lectura de la sentencia, en virtud de que esa decisión había sido tomada antes de la recusación.

En tanto que el jurista Manuel Rodríguez, representante de Donald Guerrero, fue más lejos al señalar que se trataba de una acción temeraria del Ministerio Público.

Turno de la jueza

Calmada en principio, la magistrada Lee Florimón observó que para que se pudiera entender el contexto de sus palabras, era necesario abordar cuestiones de carácter personal.

Empezó diciendo, y ahí pareció quebrarse la voz, que perdió la madre cuando apenas tenía ocho años; y que correspondió, por consiguiente, al padre, de ascendencia asiática, educarla de conformidad a su cultura. Explicó que, contrario a muchos occidentales, los orientales no educan en el hogar recurriendo al maltrato físico, sino a base a consejos.

Puso énfasis para decir, sin esconder el orgullo propio de la ascendencia paterna, que se formó siguiendo principios enarbolados por filósofos como Lao Tsé y Confucio: la disciplina, la prudencia y la honradez.

Refirió que su progenitor le ha preguntado que cuando termine el finito espacio terrenal, cómo quiere que le recuerden, y que si es como jueza, que actúe siempre en derecho. Sin inmutarse, asegura que esto siempre lo ha llevado al pie de la letra.

Otra cuestión contextual que dejó claramente establecida consistió en la perspectiva de género. Expresó que, en la cultura patriarcal dominicana, ser mujer, jueza, capaz y bonita, como aseguró era su caso, se convertía en un problema para el ejercicio profesional.

Destaca que en aquellos casos en que no se puede acatar profesionalmente, se recurre a la vía moral.

En este punto, puso como ejemplo en hecho de que se ha afirmado que no dio lectura a la sentencia el 9 de febrero, como estaba previsto, debido a que estaba recusada.
Hablan, hablan y hablan, y uno calla por prudencia, agrega, ya que en esa fecha mi compañero de vida prácticamente murió y volvió a la vida por la pericia de los facultativos que le atendían. Observa que, como habrá de entenderse, no podía estar en el tribunal bajo esas condiciones.

Mientras la jueza hilvanaba su narrativa, se observaban rostros con expresión de sorpresa y murmuraciones en voz baja, incluyendo una femenina que manifestó: “alguien tenía que decirlo, y lo dijo”. Cruces de miradas de los representantes del Ministerio Público revelaba que a ellos mismos había impactado la inesperada retórica, verbalizada en anécdotas, metáforas, la comparación y el símil.

Lee Florimón retomó el principio de su conversación, a fin de enfatizar en que todo comenzó hace cuatro meses cuando se le designó en sustitución de la jueza Patricia Padilla, a quien los abogados de José Ramón Peralta Fernández habían recusada.

Desde entonces, asegura, su vida ha cambiado. No puede ni siquiera hablar por teléfono. Narra que sus hijos le preguntan frecuentemente: “Qué hace permanentemente ese carrito blanco frente a nuestra residencia y que cuando salimos, también nos sigue”. Confiesa que, frente a ellos, prefiere el silencio oriental.

Parece que ha acuñado en concepto de lo justo de Ulpiano, que consiste en darle a cada uno lo que le corresponde., a partir de que afirma que en su historial de ocho años administrando justicia, siempre ha actuado conforme a derecho.

En un momento de la narrativa, la jueza pareció alejarse del derecho e irse a las ciencias políticas, cuando hizo un abordaje teórico del poder. Dijo que hay gente que hace uso excesivo de ese instrumento de dominación sin darse cuenta de que es pasajero, como la vida misma.

A propósito de lo anterior el pensador Moisés Naím observó que en el siglo XXI es cuando más fácil se consigue el poder, más difícil resulta de mantener y más fácil se pierde.

Y el salsero boricua Héctor Lavoe aseguró: “Todo tiene su final, nada dura para siempre…”.

Las revelaciones de la magistrada Lee Florimón parecen cuestionar el Estado Social y Democrático de Derecho que, en teoría, constituye la República Dominicana.

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