En enero-mayo se recibieron flujos por US$4,057.2 millones, con lo cual la institución estima que podrían alcanzar los US$10,000 millones al cierre de 2022
Santo Domingo, RD. El Banco Central de la República Dominicana (BCRD) informa que entre los meses de enero y mayo de 2022 las remesas recibidas lograron una cifra de US$4,057.2 millones. Asimismo, destaca que este monto supera en US$1,186.9 millones a las remesas recibidas en los primeros cinco meses de 2019, período anterior al inicio de la pandemia del COVID 19, y en el que en Estados Unidos no se tenían aún los esquemas de ayuda que fueron implementados luego de marzo de 2020 y que finalizaron en septiembre de 2021, razón por la cual al comparar los flujos recibidos a mayo de 2022 con los de 2021 se observa una reducción.
En el mes de mayo de 2022, las remesas sumaron US$851.2 millones. Estas cifras reafirman el establecimiento de un nuevo nivel de flujos de remesas mensuales en torno a los US$800.0 millones. En ese sentido, al comparar este monto de mayo de 2022 con el valor promediado en el mismo mes para el período previo a la pandemia de 2015-2019, que fue de US$492.9 millones, se observa un aumento importante.
El ente emisor explica que las condiciones del mercado laboral de los Estados Unidos (EEUU) es uno de los principales factores que sigue incidiendo sobre el comportamiento de las remesas, ya que desde ese país provino el 84.9 % de los flujos de mayo. Durante dicho mes, la economía norteamericana creó 390 mil empleos, manteniendo la tasa de desempleo en 3.6 % en mayo de 2022. Particularmente, el desempleo de los hispanos en EEUU aumentó ligeramente de 4.1 % en abril a 4.3 % en mayo.
El BCRD destaca también la recepción de remesas desde otros países, como España, en el orden de 6.4 %, segundo país en cuanto a total de residentes de la diáspora dominicana en el exterior se refiere, así como Haití e Italia con 1.2 % y 0.8 % de los flujos recibidos, respectivamente. El resto de la recepción de remesas se divide entre países como Suiza, Canadá y Panamá, entre otros.
Respecto a la distribución de las remesas recibidas por provincias, el BCRD señala que el Distrito Nacional obtuvo la mayor proporción, un 33.5 %, seguido por las provincias Santiago y Santo Domingo, con un 14.4 % y 8.9 %, respectivamente. Esto indica que más de la mitad (56.8 %) de las remesas se recibe en las zonas metropolitanas del país.
Analizando los flujos de mayo del 2022 según el género del receptor, predominan los hombres, con el 53.0 %. Las mujeres captaron el 47.0 % restante de las remesas recibidas por canales formales.
El BCRD reafirma que la evolución del sector externo para este año estará caracterizada por el dinamismo de las remesas, las exportaciones, la inversión extranjera directa y la recuperación del turismo, el cual en los últimos meses ha registrado cifras récord en llegadas de turistas. Estos acontecimientos contribuirán a un mayor flujo de divisas al país y ayudarán a mantener la estabilidad relativa del tipo de cambio que se observa en la actualidad, de tal manera que el tipo de cambio mostró una apreciación de 4.0 % al cierre de mayo respecto a diciembre de 2021. Todos estos elementos, en conjunto con los fuertes fundamentos macroeconómicos del país, señalan que la República Dominicana posee condiciones particularmente favorables para acomodar los choques adversos que afectan el entorno internacional imperante.
La institución resalta que este mayor flujo de divisas también ha permitido la acumulación de reservas internacionales, que para el cierre de mayo de 2022 se colocaron en torno a los US$14,250 millones, representando un 13.3 % del PIB y equivalentes a 5.9 meses de importaciones. Estas métricas superan los niveles recomendados por el FMI, contribuyendo a que la República Dominicana mantenga una posición externa favorable, proyectando un flujo de remesas para el cierre del 2002 cerca de los US$10,000 millones y un déficit de cuenta corriente de alrededor de 3.0 % del PIB.
El Banco Central reitera que se mantiene vigilante para seguir tomando las medidas necesarias para contrarrestar el impacto en la economía dominicana del desafiante entorno internacional imperante, a fin de garantizar la estabilidad de precios y del mercado cambiario.